Inicio Sermones Cómo perseverar en la aflicción

Cómo perseverar en la aflicción

2535

En esta segunda carta, Pablo trata de corregir las expectativas de la venida del Señor, que creían sería en su tiempo, por expresiones del Apóstol en la primera carta,  como que dicha venida era inminente, por lo que muchos hermanos de Tesalónica abandonaron sus responsabilidades terrenales para esperar al Señor, por lo que esta carta se escribió poco tiempo después de la primera. 

Este tema de la segunda venida del Señor conduce a una notable predicción de algunos de los sucesos futuros que iban a tener lugar en las épocas posteriores de la iglesia, y que muestran el espíritu profético que tenia Pablo. En estos primeros versículos el Apóstol, junto a Silvano ( Silas ) y Timoteo, primero saluda en nombre del Padre y del Señor Jesucristo, y luego  bendice a Dios por el creciente amor, fe y paciencia de los hermanos de Tesalónica, de los cuales se siente orgulloso, y los exhorta a perseverar en medio de todos los sufrimientos y aflicciones por lo que pasan, debido a persecuciones y vejaciones por mantener firme su fe en Jesucristo.

Pablo trata a Dios como un padre, principalmente con los Tesalonicenses que eran gentiles y no conocían a Dios igual a un padre terrenal, lo veían muy lejano. Luego pide gracia para estos hermanos, algo de mucha costumbre en las cartas paulinas. Da gracias a Dios por esta iglesia que persevera en su fe y amor por los demás en medio de turbulencias, producto de persecuciones y aflicciones que sufrían estos hermanos. Estas gracias dadas por Pablo revelan el carácter maduro del Apóstol, y el crecimiento en la fe y el gran amor que estos hermanos muestran por los demás revelan igualmente el carácter maduro de los Tesalonicenses. Ambos muestran algo de su carácter, la madurez espiritual, que los ayuda a perseverar en medio de las aflicciones, y Pablo sabía perfectamente lo que era sufrir persecuciones y mantener la perseverancia en la fe en Jesucristo.   La madurez cristiana se refleja por el corazón agradecido y la ausencia de quejas.

Para crecer en fe necesariamente debo crecer en el conocimiento de Dios, lo que se traduce en confianza y tranquilidad. Igualmente, mi crecimiento en el conocimiento de Dios hace aumentar mi amor por los demás. El amor por Dios debe terminar en amor por el hermano, porque el que no ama al hermano que ve, no puede amar a Dios que no puede ver. La fe nos permite ver lo que el temor no nos permite ver.

 La fe  y el amor nos mueven a la acción.  Nos permiten buscar al hermano, caminar con él, restaurarlo, apoyarlo y ayudarlo.  La fe está íntimamente relacionada con la perseverancia. El que cree no perecerá, permanece. Esta iglesia fue un gran ejemplo para las demás iglesias de la época, y aún para las de hoy.  En medio de persecuciones y aflicciones se mantenía firme en el crecimiento de su fe y cada vez el amor por los demás era mayor.  El amor mutuo hizo que estos hermanos se unieran, se apoyaran y ayudaran.