Inicio Sermones Poder en la debilidad El Dios Proveedor – Pastor Miguel Núñez

El Dios Proveedor – Pastor Miguel Núñez

1607

Continuando con su serie El Poder En La Debilidad sobre la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios, el pastor Miguel Núñez predicó hoy sobre los versículos del 1 al 8 del capítulo 9 de esta carta, con el título: El Dios Proveedor.

En los versículos del 10 al 24 del capítulo 8 expuestos en el último sermón con el título El Dinero Prueba Mi Integridad, vimos como Pablo daba las gracias a las iglesias de Macedonia por el esfuerzo desinteresado en la recolección de ofrendas para los hermanos de las iglesias de Jerusalén que estaban en necesidad y bajo persecución. Además, Pablo muestra su integridad en el manejo del dinero diciendo que la recolecta de esta ofrenda es una obra de gracia que Dios, no un asunto personal, le ha permitido administrar, pero que aún así va a rendir cuentas, y por eso manda a Tito a recogerla, y junto con Tito envía a otros dos hermanos de excelentes testimonios, probados frecuentemente y encontrados muy diligentes y de confianza para los de Corintos. Pablo cuida de su testimonio.

En esta segunda carta a los Corintios, Pablo enfatiza el principio de dar por gracia. Expresa que dar por gracia revoluciona la vida, y aclara de  forma convincente nuestras intenciones y principios de dar, ya que el ministerio de dar se centra en la gracia. Es una expresión de ese sacrificio precioso de Cristo.

En estos versículos el apóstol nos dice que cada uno de cómo nos dicta el corazón.  Debemos hacer lo que sentimos que Dios nos conduce hacer, puesto que Él nos ha bendecido abundantemente, de igual manera debemos seguir como propuso en nuestro corazón para hacerlo. Y no hacerlo por obligación, de manera triste o a regañadientes, como si estuviéramos sufriendo por la pérdida. Al contrario, que el dar venga de un corazón que rebosa de una gracia maravillosa de Dios y el amor. Es un tema de actitud. Dios ama al dador alegre. Él quiere que seamos dadores responsables que dan de un corazón que rebosa de la gracia de Dios.

Tenemos un tema importante: el estímulo para recoger la ofrenda.  El apóstol comienza el estímulo para la ofrenda recordando a los Corintios que ya les había escrito sobre este tema. Les recuerda que una ofrenda es un ministerio, es un servicio a los santos. Se hace para llenar necesidades de los santos que glorifican a Dios. Pablo los anima diciéndoles que se gloría con la buena disposición de ellos en la recolección de la ofrenda. También les recuerda que envía a Tito y a dos hermanos de confianza de Corintios para recoger la ofrenda, se asegura de que se haga la recolección y a la vez guarda su testimonio.

El sembrar y cosechar, aunque esta dicho en el contexto de la recogida de una ofrenda, es una metáfora dicha a un pueblo agricultor, no es un pacto con Dios, que si le das mucho Dios te devolverá mucho, es estrictamente una retribución agrícola. Los predicadores de la prosperidad lo usan para perdición de ellos y de muchos.

En el reino de los cielos, la cantidad no es lo que cuenta, lo que cuenta es la condición y la motivación del corazón. Por eso Dios se alegra con el dador alegre. No dice que sea por haber dado mucho, dice que es por haber dado alegremente, como propuso su corazón. Al dar,  recibo una bendición, la bendición de participar en la expansión del reino de Dios. Un corazón en buena salud espiritual da abundantemente, con alegría y para ayudar al hermano. Esta gente conoce a Dios de una manera que la mayoría de los hijos de Dios no lo conoce. Mientras más conoces a Dios mas quieres imitarlo. Cristo es el ejemplo por excelencia, ha sido el que más ha dado, dio su vida, y ha sido el que más ha conocido a Dios.

Pablo explica que la gracia de Dios es capaz de suplir para que todo abunde para la buena obra. Dios tiene el deseo de suplirte para que completes la buena obra que te asigne. Por eso es el gran proveedor.

Padre celestial, aumenta nuestra fe y pon en nuestro corazón el deseo, la gracia y la actitud de dar en abundancia, no sólo para la obra de expansión de Tu reino, sino para el hermano necesitado en la calle. Que nuestra actitud y comportamiento sea luz para el resto del mundo. Bendiciones.