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Las armas de nuestra contienda – Pastor Miguel Núñez

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Continuando con su serie El Poder En La Debilidad sobre la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios, el pastor Miguel Núñez predicó hoy sobre los versículos del 1 al 7 del capítulo 10, titulando dicho mensaje: Las Armas De Nuestra Contienda.

Al finalizar el capitulo 9 la semana pasada con el mensaje El Dios Proveedor II, vimos que el tema del mensaje era el dar a los hermanos que estaban en necesidad, pero detrás de esta acción está el carácter dadivoso de Dios, el cumplimiento de su fidelidad, temas que sólo se observan en los capítulos 8 y 9.

Ahora el apóstol, en estos primeros versículos del capítulo 10, reconoce que estamos en contienda y que existen armas para dicha contienda, por lo que establece su autoridad con mansedumbre y humildad. Mientras otros tenían al menos a Pablo, y hablaban de él con desprecio, él pensaba y hablaba humildemente de sí mismo. Recomienda estar consciente de nuestros males y pensar humildemente sobre nosotros mismos, aunque los hombres nos lo reprochen. Es decir, en esta tercera etapa de esta carta, Pablo entra en defensa de su apostolado en contra de falsos maestros que lo quieren destruir. Reconoce que es una guerra espiritual. Esta guerra comenzó en el jardín del Edén, donde Satanás, personalmente, confunde a Eva acerca de la verdad de Dios. Esta guerra se produce en la mente, es real y continua, y se libra a través de la Palabra de Dios.

La obra del ministerio es una guerra espiritual contra los enemigos espirituales. El poder exterior no es el método del evangelio, sino las persuasiones sólidas, por el poder de la verdad y la mansedumbre de la sabiduría. La conciencia es responsable de rendir cuentas sólo a Dios; y a la gente se le debe convencer sobre Dios y su deber, sin forzarlos. De este modo, son muy poderosas las armas de nuestra milicia; la evidencia de la verdad es convincente. A pesar de la oposición que hace los poderes del pecado y Satanás contra el evangelio, se observa la victoria que obtiene la Palabra de Dios. Los medios señalados, por débiles que puedan parecerles algunos, serán poderosos por medio de Dios. La predicación de la cruz hecha por hombres de fe y oración siempre ha resultado fatal para la idolatría, la impiedad y la maldad.

El foco de este mensaje es reforzar el concepto de que las armas de nuestras batallas no son carnales, sino espirituales. Cuando tenemos conflictos con hermanos, no se trata de meros conflictos, son batallas para desacreditar el evangelio desacreditando la persona. Y el uso de la verdad del evangelio es el arma poderosa en Dios que destruye la mentira. Esta batalla la libramos poniendo en cautiverio todos nuestros pensamientos a los pies de Cristo. Reconociendo la verdad, estando firme en ella. La verdad es la Palabra de Dios.

Pablo nos presenta la forma como debemos rechazar las ofertas del mundo, y es a través de las escrituras que destruyen las fortalezas, pensamientos arrogantes, que es el poder de Dios para vencer en la batalla.

Pablo era vil y despreciable para algunos, en cuanto a su apariencia externa, pero esta era una regla falsa para juzgar. No debemos pensar que nadie, salvo nosotros, pertenece a Cristo. No miremos las cosas por su apariencia externa, como si la falta de tales cosas demostrara que un hombre no es un cristiano real, o un ministro fiel y capaz del humilde Salvador.

Padre celestial, fortalece nuestra fe. Que estemos siempre firmes en Tu Palabra, Tu verdad, y en Cristo que es la roca firme, para que nada ni nadie pueda confundir nuestros pensamientos. Bendiciones.