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Un ministerio con ambiciones correctas II – Pastor Miguel Núñez

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El pastor Miguel Núñez continuó hoy su serie sobre la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios llamada Poder En La Debilidad , con el mensaje titulado: Un Ministerio Con Ambiciones Correctas, segunda parte, ya que la pasada semana no pudo completar la exposición hasta el versículo 21,  por lo que hoy el mensaje está basado en 2 Corintios 5:11-21.

En los versículos del 9 al 17, que se expusieron hace un par de semanas, el apóstol nos habla que debemos estar preparados y aceptados, porque todos tendremos que presentarnos al tribunal de Cristo para ser juzgados por nuestros actos en este mundo. Seremos juzgados y/o recompensados por nuestras motivaciones, disponibilidad y uso de los dones espirituales.

De igual manera, Pablo nos motiva a vivir vidas piadosas y compartir el Evangelio a sabiendas de que cada quien tendrá que rendir cuentas a Dios. Nos muestra sus ambiciones y sus motivaciones, que son las de agradar a Dios, y  su  pasión y deseo era serle agradable sólo a Él, no a los hombres, para encontrarse aprobado cuando le corresponda presentarse frente a Dios a rendir cuentas. Este entendimiento, el cambio de estilo de vida y su pasión por Cristo, ha hecho que Pablo sea reconocido como el mayor de los misioneros.

En estos pasajes que vemos hoy, Pablo nos dice que al estar en Cristo somos nuevas criaturas, y toda nuestra vida anterior, nuestras reacciones y comportamiento, pasaron, y que de ahora en adelante las cosas son hechas nuevas. Y que todo esto proviene de Dios, al reconciliarnos con Él por medio de Cristo, porque el mismo Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo en el mismo momento de la crucifixión. Por tales motivos somos embajadores de Cristo, somos Sus representantes llevando la palabra y el mensaje de la reconciliación, porque al que no conoció pecado lo hizo pecado, no pecador, sólo pecado, un sacrificio por el pecado,  por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él, que fuéramos justificados gratuitamente por la gracia de Dios.

Este mensaje nos permite reflexionar sobre la muerte y resurrección de Cristo, lo que sucedió un fin de semana como éste hace 2,000 años, lo que significa para mi vida y cómo yo debo vivir.

La gracia de Dios persuadió a Pablo del poder del evangelio, tanto así que no le dejaba quieto, y debía salir a persuadir a los hombres de la verdad del Evangelio. Estaba persuadido de este poder que cambia la vida de las personas.

De igual manera reconocía el gran amor de Cristo. Ese amor lo apremia, lo constriñe, lo hace compartirlo con los demás. Se sentía obligado a compartir ese amor, para que todos experimenten ese amor a través del perdón de sus pecados y transformación de sus vidas. Debido a ese amor debemos valorar mejor lo que Cristo hizo por nosotros.

Esa transformación de nuestra vida es lo que llamamos ser una nueva criatura porque vivimos en Cristo, Cristo está en nosotros. Por eso las cosas que hacíamos antes, nuestras reacciones ya no son las mismas, todas las cosas son hechas nuevas.

El ser cristiano después de la resurrección, al nacer de nuevo, no es solamente tener una vida moralmente correcta, la nueva criatura hace todas las cosas de manera diferente, son hechas nuevas. Esa nueva criatura ha recibido gracia sobre gracia y perdón de sus pecados de parte de Dios.

Padre ayúdanos a experimentar tu amor más íntimamente, de manera que pueda vivir dedicado a ti, vivir para cumplir tus propósitos. Aumenta nuestra fe para que podamos servirte más y mejor.