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Cristo es suficiente

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El pastor Héctor Salcedo nos explica que Cristo es suficiente para estar contentos. Define el contentamiento como un estado del corazón que produce vidas agradecidas y una alabanza constante a nuestro Dios. Además, nos muestra cómo la Palabra indica que ya Dios ha provisto todo lo necesario para nuestro gozo presente. El contentamiento es una virtud y un mandato; la razón del mismo es que tenemos al Señor. La vida de Pablo revela que el contentamiento se desarrolla, se aprende. El corazón contento no es el que no desea nada, sino aquel para el que su mayor anhelo es Jesucristo. El pastor Héctor nos exhorta a no buscar cosas para estar contentos, sino a Cristo, quien nos llena y fortalece. Finalmente, nos deja una de tres lecciones que Pablo aprendió en cuanto a la suficiencia de Jesús: Cristo habilita al creyente para confiar plenamente en la providencia de Dios. Las dos lecciones restantes, las veremos en el sermón próximo.

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Héctor sirve como pastor ejecutivo en la Iglesia Bautista Internacional (IBI) de Santo Domingo, República Dominicana. Es economista de profesión y pastor de corazón. Posee una maestría en Estudios Bíblicos en el tradicional Moody Bible Institute de Chicago. Como economista, cursó estudios de Maestría en Macroeconomía Aplicada en Chile a mediados de los 90's para ejercer dicha profesión durante casi 15 años en el medio económico-empresarial. Ha laborado desde los inicios de la IBI, pasando por diversas asignaciones conforme el crecimiento lo requirió. Desde 2004 es uno de los pastores de la IBI, y desde 2009 lo ha sido a tiempo completo. Entre sus funciones se encuentran el manejo administrativo y financiero de la IBI e Integridad & Sabiduría. Asimismo, está a cargo del Ministerio de jóvenes adultos de la IBI (M-Aquí). Cuando las circunstancias lo requieren, es uno de los pastores que predica en la IBI. De hecho, la enseñanza de la Palabra de Dios es su mayor pasión, sobre todo su aplicación práctica a la vida. Está casado con Chárbela El Hage y juntos tienen dos hijos: Elías y Daniel.