El pastor José Mendoza nos expone este mensaje partiendo del ejemplo que nos modelaron los hermanos de la iglesia primitiva quienes vivían juntos con alegría, sencillez de corazón y alabando al Señor. El pastor Mendoza define la sencillez de corazón como una actitud interna que brota de un alma sincera que ha reconocido a Cristo como Señor y que permite que la Palabra allane sus asperezas, de modo que es capaz de mantener en orden sus prioridades. Este sermón lanza un reto a todo aquel que desea ser sencillo a erradicar de sí la falsa sofisticación y a luchar en contra de la propia ambivalencia que le impide decidirse por lo que agrada a Dios, por lo trascendente.
